(Si bien hablamos de danza del vientre, también nos referimos en este artículo a todas aquellas danzas de origen ancestral, como las danzas de origen africano y las danzas de la polinesia, que juntas comparten muchas características).
Para poder comprender y explicar en parte los beneficios de practicar esta danza puede aportar, es necesario entender como ha ido evolucionando desde su comienzo.
Con sus miles de años de historia, ha ido cumpliendo con diversas funciones, adaptándose al entorno y modelándose a las creencias y necesidades de quienes la practican.
Con un carácter fuertemente ritualista, desde su origen, esta danza se ha bailado en honor a la fertilidad, manifestando a través de sus movimientos el principio femenino y todos los misterios que en la vida pueden celebrarse, siendo el vientre una forma de simbolizarlo.
Dentro de este contexto, la fluidez de las expresiones desde lo interno hacia lo externo es imprescindible, así como también, la interacción con la propia sociedad que participa unida a través de la danza, por lo cual el efecto terapéutico el cual se le atribuye a esta danza ya tenía sus primeras manifestaciones.
Paralelamente a este carácter, la danza también cumplía la función de diversión social; hombres, mujeres y niños, compartían juntos la diversión, la alegría y el placer de bailar juntos, y no debemos olvidar que en estas sociedades matriacarles el cuidado y entretenimiento de los niños era responsabilidad de todos y que ellos participaban activamente de casi todas las fiestas y celebraciones que se realizaban, reforzando la noción de grupo y los lazos que los unían.
Poco a poco los bailes sociales fueron organizándose en grupos, ganando mayor destreza, dinamismo, y complejidad en las danza ejecutadas, por lo cual aparecen las primeras manifestaciones coreográficas y los primeros “bailarines”, la danza comienza entonces a experimentarse como un espectáculo que es contemplado por el resto del grupo que lo disfruta como “publico” .
El paso de la historia, los avances de la humanidad, los cambios en el estilo de vida y un sin fin de razones más, han llevado a hombres y mujeres a perder en gran medida relación con la danza y todos los porqué se bailaba.
Actualmente la danza, en general, solo es experimentada como una disciplina artística, carácter totalmente válido que le otorga un merito y profesionalidad a quienes se dedican en cuerpo y alma a ello, pero también debemos recuperar el hecho de disfrutar y vivir el goce de bailar juntos, adaptados por supuesto a la época actual.
Si bien las obligaciones de una vida cada vez más ajetreada dejan menos tiempo para esos momentos, el recuperar el interés o buscar actividades que las potencien, nos permitirá recuperar en parte esa esencia perdida, ayudándonos a estrechar aun más los lazos familiares y sociales, sintiéndonos parte de un todo no fragmentado, y en el cual, podemos disfrutar con todo placer, tanto de nuestras virtudes como de nuestras limitaciones.
Actualmente es muy importante saber los objetivos para los que se decide bailar, y la danza del vientre es una gran opción en la que encontrarás básicamente tres enfoques que debemos diferenciar (y también integrar) , el artístico que potencia las habilidades propia como bailarinas/es, y en el cual se enseña a realizar con detalle los movimientos correspondiente de esta danza , el lúdico donde se potencia a través del juego y la música , la expresión mas libre y natural que todos los seres humanos llevan dentro, una gran opción para padres y/o madres e hijos juntos, y el terapéutico, donde se busca la relajación, la conciencia plena, el autoconocimiento, la canalización y estabilización de las propias energías entre otras. En este ultimo enfoque también se debe incluir personas con necesidad especiales, donde la danza del vientre puede ser una excelente forma de participación social.
Estos tres enfoques junto con la profesionalidad de las personas que guían estas actividades, que estará dada en gran parte, tanto por su formación, como por que se dedique a este trabajo (duda de aquellas personas que tienen trabajos “paralelos”), serán factores necesarios para asegurarnos que poco a poco a través de la danza podamos vivir la plenitud de ser nosotros mismos dentro de una todo del cual formamos parte……volviendo de esta forma a nuestros orígenes.
Aisha